sábado, 9 de julio de 2011

Las uñas largas de aquel arte



Por: Christiane Garza


Miro al tiempo,
las horas corriendo para escapar.
El sudor es un ser paralítico
con uñas largas en los pies.

Veo un camino
que me lleva al infinito,
un fuego inextinto
que me hace arder.

Donde las noches eternas se compactan,
las clarividencias son ríos de color,
las pupilas bien dilatadas
y las propulsiones sanguíneas a todo vapor.

Es un acto de fe
en donde el oscuro mirar es lo que pasa,
sin un maldito fragmento de moral;
es que así es esto del arte erótico, fatal.

Si bien, esas garras me rascan y me excavan,
no hay una gota que se sangre al caer.
Mis últimas ganas se extinguen y quedan
pedazos de uñas clavadas.

Donde las noches eternas se compactan,
las clarividencias son ríos de color,
las pupilas bien dilatadas
y las propulsiones sanguíneas a todo vapor.

Es un acto de fe
y ahora mi oscuro mirar es lo que pasa aquí.
Sin un maldito fragmento de pudor;
es que así es esto del arte y del amor.

¡Mírame arder, mírame arder!
Me arde... me arde.

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