sábado, 9 de julio de 2011
El fin
Por: Christiane Garza
Mojado y espumoso. AMARILLO se abre camino entre los tranquilos vaivenes de su entorno cuando, de pronto, éstos se agitan vertiginosamente. ¿Qué se hace en estos casos? ¡Ah, sí... huír!
El sol de media tarde comienza a ocultarse y el hambre arrecia. Tiene que hacerlo rápido, en un movimiento gélido que termine con todo. ¡Va, decidido! La caña irrumpe entre las aguas como una espada lo hace en las entrañas.
La verdad, se lo esperaba, aunque más lento y con mayor dolor. AMARILLO se apaga al igual que el mismo tono apenas visible en el horizonte.
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